domingo, 12 de enero de 2014

El Neoliberalismo en el periodo de Miguel de la Madrid Hurtado

Miguel de la Madrid


Político, abogado y economista mexicano. Nació en Colima el 12 de diciembre de 1934. Fue Presidente de México del 1 de diciembre de 1982 al 1 de diciembre de 1988.
Hijo de Miguel de la Madrid Castro, quien hizo sus estudios en Guadalajara y ejerció la abogacía en Colima, muriendo cuando su hijo tenía 2 años de edad. Su madre la señora Alicia Hurtado de la Madrid se vino a radicar a México después de la muerte de su esposo, haciéndose cargo de Miguel y de su hija menor Alicia.
La familia de la Madrid ha desempeñó diversas actividades, entre ellas el ejército, la abogacía y el servicio público. En sus antepasados hubo varios gobernantes, alcaldes y militares que sirvieron a la república.
A los 18 años de edad ingresó a la Facultad de derecho de la UNAM. Su tesis versó sobre el pensamiento Económico en la Constitución de 1857. En su examen Profesional tuvo mención Honorífica.
El Licenciado Miguel de la Madrid se casó con Paloma Cordero Tapia, originaria del Distrito Federal y con quien tuvo cinco hijos: Margarita, Miguel, Enrique, Federico, y Gerardo.
En 1963, siendo presidente de la República Adolfo López Mateos, de la Madrid se dio de alta en la militancia del PRI, la mejor garantía para concretar sus aspiraciones profesionales en la administración y las finanzas federales.
Como pasante de derecho ingresó a trabajar en el Banco Nacional de Comercio Exterior, por invitación de su entonces director, Licenciado Ricardo J. Zevada. A través de esta institución gubernamental, le fue otorgada una beca en 1964 para realizar durante un año una maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard.
De regreso a México en 1965, la administración de Gustavo Díaz Ordaz le reclutó para el Gobierno federal nombrándole subdirector general de Crédito en la Secretaría (ministerio) de Hacienda.
En 1970 al iniciarse el período del presidente Echeverría, fue nombrado subdirector de Pemex y en mayo de 1972 retornó a la Secretaría de Hacienda como director general de Crédito, teniendo a López Portillo como superior. Durante estos cargos asistió a reuniones internacionales de la ONU y la OEA, en materia de desarrollo social, economía y finanzas.
Cuando el entonces Secretario de Hacienda (Lic. José López Portillo), fue designado candidato a la Presidencia de la República en septiembre de 1975, y el Lic. Mario R. Beteta Secretario de Hacienda; el Lic. De la Madrid pasó a ocupar la Subsecretaria de Hacienda y Crédito Público.
En mayo de 1979 siendo ya presidente de la República José López Portillo, de la Madrid ocupa la Secretaría de Programación y Presupuesto, en sustitución de Ricardo García Sainz.
Al frente de tal secretaría impulsó el Plan Global de Desarrollo (PGD), dado a conocer en abril de 1980 y cuya meta tangible era obtener una tasa de crecimiento anual del 8% hasta el final del sexenio. En todo este tiempo, el licenciado prestó labores de asesoría en numerosas comisiones técnicas relacionadas con las exportaciones y las finanzas, y representó a México en el diálogo entre los principales organismos financieros multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
En 1981 fue postulado por el PRI, como candidato a la presidencia de la República y venció en las elecciones del 4 de julio de 1982. Asumió el cargo en diciembre de ese mismo año.
De la Madrid llega al poder en una de las épocas más difíciles del país, mucho debido a su antecesor José López Portillo, quien nacionalizó la banca tres meses antes de salir del poder tras dos sexenios de gastos excesivos. Como resultado, la inflación subió a un promedio de 100% cada año, el empleo informal creció a 20% entre 1983 y 1985 y hubo caídas drásticas en producción, sobre todo en industrias gubernamentales, el crecimiento del PIB fue erróneo con altibajos y disminuyó el poder adquisitivo.
Ante tal situación De la Madrid, reorganizó el Plan Global de Desarrollo, bajo el cual se desarrolló el gobierno de López Portillo; estableció a nivel constitucional un sistema de planeación democrática y más importante, inició con la apertura económica, la desregulación y descentralización así como la privatización de empresas estatales; algo que seguiría bajo su sucesor.
Durante su administración, el número de paraestatales se redujo de 1155 a 413. Ante la severa crisis económica (donde se alcanzó el 3,100 por ciento de devaluación del peso) se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los diversos sectores sociales, mediante los cuales el gobierno subsidiaba parte de los precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometían a no aumentarlos.
En Enero de 1986, tras aproximadamente 3 años de negociaciones, México logra ser admitido al GATT, siendo el punto más fuerte de esta administración.
Se renegoció la deuda externa aplicando un plan de austeridad en el gasto, conjuntamente emprendió la renovación moral de la sociedad y realizó la campaña anticorrupción en los cargos públicos, la cual cobró dos notorias víctimas: Arturo Durazo Moreno, alias El Negro, jefe de Policía y Tránsito del Distrito Federal entre 1976 y 1982.
"El Negro" fue detenido en Puerto Rico por el FBI a requerimiento de las autoridades aztecas, que le procesaron por tráfico de drogas, tenencia de armas, extorsión, homicidio en múltiple grado y otros cargos de delitos cometidos durante el sexenio López  portillista, fue extraditado en 1986, recibiendo una condena de 16 años de prisión de los que cumplió seis.
El otro personaje fue Jorge Díaz Serrano, el antiguo director de PEMEX destituido por López Portillo en 1981 por discrepancias sobre la política de precios del petróleo. Díaz fue desaforado como senador y terminó también en prisión por las ilegalidades cometidas en su gestión al frente del monopolio.
En materia internacional, de la Madrid, apreció una concentración en las problemáticas latinoamericanas, y más exactamente en los conflictos centroamericanos. Así, el presidente mexicano se convirtió en un actor clave del Grupo de Contadora, foro informal de concertación política creado el 9 de enero de 1983 en esta isla panameña por los cancilleres de México, Colombia, Venezuela y Panamá; con el objetivo de promover una salida pacífica y negociaciones multilaterales para los conflictos de Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
En septiembre de 1985 y luego de la victoria del PRI en las elecciones al Congreso, un terremoto de 8 .1 grados en la escala de Richter sacude a la Ciudad de México muriendo posiblemente más de 20.000 personas y miles quedaron sin hogar. Tanto las declaraciones del Presidente de la Madrid señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no permitir que el Ejército colaborara con la población en las labores de rescate durante las primeras horas posteriores al terremoto, le valieron severas críticas a su administración. Esta tragedia además cargó a las apuradas cuentas públicas los costos de la reconstrucción de las infraestructuras y prestaciones del devastado Distrito Federal.
En 1986 retornó el saldo deficitario en las cuentas corrientes, las reservas de divisas descendieron a un nivel peligroso, el peso entró en caída libre con respecto al dólar y el crecimiento para el conjunto del año fue ampliamente negativo, del -3,8% del PIB.
A lo largo de 1987 se dio una recuperación de las exportaciones no petroleras gracias al valor competitivo del peso y el sellado de importantes acuerdos crediticios con la banca internacional, se recuperó el precio del barril de crudo, así que las reservas de divisas elevó su nivel hasta el valor histórico de los 15.000 millones de dólares.
El 5 de octubre de 1987 la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) explotó ante el incontrolado proceso de ventas, perdiendo el 50% de su volumen de capitalización. El hecho coincidente con el crack de la Bolsa de Nueva York, sólo pudo ser detenido con la urgente entrada en las operaciones de compra de Nacional Financiera.
El 18 de noviembre, el gobierno dispuso una devaluación del peso del 55% y el tipo de cambio intervenido se fijó en las 2.278 unidades por dólar, haciéndolo coincidir con el tipo de cambio libre. De enero a diciembre de 1987, la moneda mexicana había perdido el 192% de su valor tras sucesivas depreciaciones y la inflación para los doce meses registró la tasa del 160%.
Ante tales acontecimientos el 15 de diciembre de 1987 de la Madrid suscribió un Pacto de Solidaridad Económica (PSE) con los actores sociales para consensuar las medidas de contingencia antiinflacionaria y repartir cargas de responsabilidad, pero el sindicalismo independiente optó por las movilizaciones para protestar.
Con de la Madrid se cerraba una época, pues el mandatario, a diferencia de sus predecesores, renunció a incrementar el presupuesto federal como fórmula para contener las presiones sociales.
El hundimiento de la BMV se produjo un día antes de la designación por de la Madrid de su candidato para las elecciones de 1988. Carlos Salinas de Gortari, antiguo alumno suyo en la UNAM.
A pesar del amplio trabajo como funcionario Público, Miguel de la Madrid participó en actividades académicas. De 1959 a febrero de 1968, ejerció como profesor de Derecho de la UNAM, sus lecciones son aún usadas por varios profesores, entre ellas La realización de la Reforma Presupuestal, que entre otros aspectos incluye los programas de Corresponsabilidad del gasto Público.
Después de terminar su periodo presidencial, Miguel de la Madrid asumió la dirección del Fondo de Cultura Económica (1990).
Durante su periodo al frente del FCE, implantó programas de modernización en las áreas productivas y administrativas, incorporó lo más avanzado de la industria editorial y de las artes gráficas, y mantuvo la apertura y pluralidad en la política de publicación de la empresa.
En el panorama internacional, en 1990 se remodelaron las instalaciones existentes de las filiales. Con ello, la presencia del Fondo Cultura Económica adquirió una proyección más importante en el continente americano: el 7 de septiembre del mismo año se fundó la filial en San Diego, California; el 21 de junio de 1991 abrió sus puertas la librería Azteca en São Paulo, Brasil; en 1994 se inauguraron las instalaciones del FCE de Venezuela; y en 1998 se creó otra subsidiaria en Guatemala. De esta manera, el FCE alcanzó una presencia relevante en Iberoamérica con nueve filiales: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, España, Estados Unidos, Guatemala, Perú y Venezuela.

Neoliberalismo en el periodo de Miguel de la Madrid


Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), conocido por ser el primer mandatario en aplicar políticas neoliberales, enfrentó duras adversidades durante su mandato, en el período 1982-1988, fue un mexicano con un profundo compromiso con el país, que demostró en el desempeño de diversos cargos en la Administración Pública.
Una crisis económica, el terremoto de 1985 y la "caída del sistema" en las elecciones de 1988 fueron los hechos que marcaron su sexenio
El gobierno del presidente Miguel de la Madrid se inició el 1 de diciembre de 1982 y finaliza el 30 de noviembre de 1988. Mexicano, priista, licenciado en derecho por la UNAM y posgraduado de la universidad de Harvard en administración.

ASPECTOS ECONOMICOS:


En su primer discurso a la nación como mandatario, anunció un plan de austeridad para sacar al país de la crisis económica, principal objetivo de su mandato. Para ello siguió una política de austeridad. Para entonces, según datos del Banco de México, la inflación en México era de 100% anual, la deuda exterior se acercaba a los 80,000 millones de dólares y De la Madrid había declarado en virtual bancarrota al sistema financiero.

*Ingreso de México al Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT).
*Caída de los precios internacionales del petróleo: el precio de venta en nuestro país, pasó de 29.24 dólares por barril en 1982 a 24.02 en 1985 y 11.84 en 1986.
*A causa de la disminución en número de las empresas paraestatales y la caída de los precios del petróleo se originó una crisis económica que devaluó el peso mexicano hasta en un 3100%

ASPECTOS POLITICOS:


*Anunció una "campaña anticorrupción" que derivó en la detención por tráfico de drogas, extorsión y homicidio.
*La jornada electoral del 6 de julio de 1988 es recordada en México como la noche en la que "se cayó el sistema", pues cuando se debía informar el nombre del ganador de la contienda electoral, el entonces secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral, Manuel Bartlett, anunció que algunos errores en el sistema impedían conocer de inmediato al virtual presidente electo. Una semana después, se hizo oficial el anuncio del triunfo electoral de Salinas con el 50.4% de los votos.

ASPECTOS SOCIOHISTORICOS:


*Durante su mandato, México sufrió una de las peores catástrofes de su historia: el terremoto de 1985 en la ciudad de México. De la Madrid puso en marcha un programa para recuperar las 70,000 viviendas dañadas, pero la medida resultó insuficiente para frenar las críticas sobre una reacción lenta para ayudar a los ciudadanos.
*Nucleoeléctrica de laguna verde inaugurada en 1988.
*Satélites de Morelos, primeros satélites mexicanos puestos en órbita en 1985.

En el último año de su gobierno De la Madrid anunció un pacto entre empresarios, sindicatos y gobierno, al que llamó de "Solidaridad Económica", con el que logró bajar la inflación a cambio de un férreo control sobre los incrementos salariales. El presidente de una fundación del PRI, César Camacho, dijo a la prensa que el ex presidente fue "un hombre de una conducta personal recta, intachable, un hombre que inauguró un modo diferente de hacer política".

Terremoto de 1985


En septiembre de 1985 y luego de la victoria del PRI en las elecciones al Congreso, un terremoto de 8 .1 grados en la escala de Richter sacude a la Ciudad de México muriendo posiblemente más de 20.000 personas y miles quedaron sin hogar. Tanto las declaraciones del Presidente de la Madrid señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no permitir que el Ejército colaborara con la población en las labores de rescate durante las primeras horas posteriores al terremoto, le valieron severas críticas a su administración.

De la Madrid puso en marcha un programa para recuperar las 70,000 viviendas dañadas, pero la medida resultó insuficiente para frenar las críticas sobre una reacción lenta para ayudar a los ciudadanos.

Esta tragedia además cargó a las apuradas cuentas públicas los costos de la reconstrucción de las infraestructuras y prestaciones del devastado Distrito Federal. En 1986 retornó el saldo deficitario en las cuentas corrientes, las reservas de divisas descendieron a un nivel peligroso, el peso entró en caída libre con respecto al dólar y el crecimiento para el conjunto del año fue ampliamente negativo, del -3,8% del PIB.

En el periodo de Miguel de la Madrid las Empresas Públicas se hacen privadas


La privatización de la Banca en México es la continuación de un proceso emprendido por el gobierno a partir de 1982. A finales de ese año, el número de paraestatales se consideraba cercano a 1,200, incluida la Banca. En septiembre la participación del Estado en la economía, a través de las empresas públicas, alcanzó su punto más elevado. Sin embargo, el universo de esas empresas aportaba el 15% del PIB y ocupaba el 5% de la población económicamente activa, pero una sola empresa pública, PEMEX, aportaba el 10% del PIB. Esto desmentía palmariamente la campaña permanente y sistemática que la burguesía sostuvo, sobre todo en los sexenios de 70-76 y 76-82, en la que acusaba al gobierno de intervenir en la vida económica e impedir el libre juego de las fuerzas productivas, las que, en manos de ella, supuestamente llevaría a los mexicanos por rumbos de desarrollo que satisficieran no sólo sus necesidades más elementales, sino también sus inclinaciones hedonistas. En este contexto, la burguesía sostenía que la nación -léase ella- había perdido la confianza en el equipo gobernante.

A partir de 1982, sin embargo, se dieron cambios y nuevas orientaciones en la política económica, de tal manera que lo que antes fue considerado por el gobierno como una virtud, ahora se convirtió en lo opuesto. El gobierno proclamó que el Estado padecía obesidad, lo que le impedía prestar atención a los problemas nacionales. Por otra parte, se le criticaba al gobierno la posesión de tantas empresas públicas, las que -se postulaba- deberían estar en manos de quienes las administraran adecuadamente, esto es, la iniciativa privada.

En el actual sexenio, el encargado del Poder Ejecutivo sostuvo: "Es inaceptable un Estado tan propietario, frente a un pueblo con tantas necesidades y carencias. El Estado vende sus bienes para resolver males sociales y canaliza sus energías para abrir espacios a los particulares, para que aumenten el empleo, la inversión y toda la patria florezca".1 Lo que en esa ocasión no se dijo es qué cantidad de esas empresas compradas a particulares estaban en quiebra por pésima administración, como tampoco se mencionó que las que está vendiendo son las empresas más rentables, las que le permitirían al Estado disponer de recursos para atender permanentemente las necesidades y carencias sociales de que se habla, contribuyendo de paso a reducir el déficit público. Los recursos que el Estado tiene podrían resolver algunos problemas, pero estos recursos no son inagotables. Como veremos más adelante, estos recursos se destinan, en parte, al pago de la deuda pública interna. Por supuesto, el acreedor es la propia iniciativa privada.

La creciente intervención estatal en la economía mexicana tuvo su razón de ser. No fue aleatoria ni anárquica. En nuestro país -y hasta el régimen de Porfirio Díaz el desarrollo del capitalismo estaba volcado hacia el exterior, exportándose principalmente productos primarios. Con la revolución y la instauración de los gobiernos postrevolucionarios se dio un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo, también capitalista, sólo que aprovechando los recursos internos. Ante la debilidad del capital, el Estado se echó a cuestas la tarea de crear la infraestructura que permitiera su fortalecimiento, por lo que inició la creación de las empresas públicas básicas necesarias que permitieran ir apoyando ese desarrollo. Es así como surge, entre otras empresas, el Banco Central en los años veinte, para homogenizar y hacer más fáciles y expeditas las transacciones comerciales a lo largo y ancho del territorio nacional con una sola moneda de curso legal.

En la siguiente década se crean PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), esta última para afrontar la producción de energéticos baratos. También en esta época se crea Ferrocarriles de México, concebidos para brindar transporte de mercancías, materias primas y pasajes con tarifas reducidas. Más tarde, en los cuarenta, se establece el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para atender las necesidades de una mano de obra cada vez más creciente. Y en la década de los cincuenta finalmente se crean empresas públicas productoras de bienes de capital, etc.

Las empresas públicas ofrecían -y lo siguen haciendo- bienes y servicios subsidiados a la empresa privada, pero también atienden las necesidades de su fuerza de trabajo al subsidiarles bienes y servicios como ocurre en los casos del IMSS y CONASUPO, por ejemplo. Con estas últimas empresas se disminuían las presiones de los trabajadores por mayores salarios, por lo que abarataban, y en parte lo siguen haciendo, su valor.

Este modelo se agotó en la década de los setenta. Al haberse creado una industria protegida por el Estado que no tenía que renovar permanentemente su planta productiva y al no tener que competir con el exterior, la obsolescencia se hizo presente. Mientras tanto, enfrentadas a crisis de mercados o del petróleo, las naciones más desarrolladas del mundo capitalista se veían obligadas, como siempre, a renovar su tecnología. La ciencia jugó un papel básico en ese desarrollo, al mismo tiempo que nuestro país se fue rezagando. El desarrollo internacional fue entrelazando las economías de todos los países en los movimientos de capitales, mercancías y servicios. La globalización era ya una realidad.

La venta de empresas públicas en México obedece a la combinación de diversos factores, tanto internos como externos. No se da exclusivamente en el país, ya que la fiebre por privatizar ha afectado tanto a los países capitalistas como a los socialistas, por llamar a estos últimos de algún modo.

En el centro de ese proceso se encuentra la tendencia a la acumulación de capital a nivel mundial. El capital siempre buscará dónde obtener mayores tasas y masas de ganancia y recursos que explotar -sean éstos humanos, naturales o técnicos-, además de buscar las facilidades y perspectivas de ganancias cuantiosas. Por supuesto, entre esas facilidades se cuentan prioritariamente las alianzas con Estados que muestran fehacientemente que no impedirán el desarrollo de las fuerzas productivas y que intervendrán sólo lo estrictamente necesario e indispensable en la economía, además de que esté dispuesto a vender las empresas públicas de su ramo que les podrían hacer competencia. En suma, se necesita encontrar Estados que están ansiosos (¡y qué Estado no lo está hoy en día!) por recibir inversiones extranjeras.

Estas serían las condiciones externas. Las condiciones internas estarían dadas por el deterioro y el atraso del aparato productivo en México, que hace más costosas las relaciones de intercambio con el exterior. De no haberse modificado la política económica, el atraso y los problemas sociales se hubieran agudizado más de lo que están ahora.

La política neoliberal que actualmente predomina maneja la premisa -a nuestro juicio erróneo de que la economía debe orientarse a apoyar al capital privado sin restricciones, no importa su procedencia. Se piensa que sólo el capital es capaz de resolver y para siempre- los problemas de las sociedades de nuestros días.

El enfoque neoliberal lo consideramos erróneo porque, aunque es evidente que traerá el desarrollo de las fuerzas productivas (mayor empleo, mayores satisfactores, etc.), no hay garantía de que proveerá un disfrute homogéneo de la riqueza; al contrario, la tendencia ha sido acentuar su concentración en pocas manos. Al mismo tiempo, creemos que no todos los sectores de la población gozarán de esos niveles de bienestar que se logren y que grandes sectores se verán marginados, a la vez que el deterioro de la naturaleza no se detendrá. Por otra parte, podríamos asegurar que se impondrá una cultura consumista -de derroche y desperdicio incapaz, en ese proceso de enajenación mundial, de dar respuesta a las verdaderas necesidades materiales y espirituales del ser humano.


Globalización en el periodo de Miguel de la Madrid


El término globalización encapsula una realidad generalmente presentada como incontenible e ingobernable en la que personas de un país o países, de manera individual y/o por medio de algún tipo de intermediario o intermediarios, interactúan, cada vez en mayores proporciones, con personas de otros países.

Cuando el ritmo mundial de la globalización se aceleró con las políticas de Thatcher y Reagan en los 80, México empezó a aplicar políticas de liberalización, desregulación, internacionalización y privatización en los negocios.

Los pasos más importantes en la incursión de México en la globalización fueron:


*El ingreso al GATT (ahora la Organización Mundial del Comercio-OMC) en 1986.
*La apertura hacia el capital extranjero representado por el establecimiento del Fondo NAFIN en 1989 y su oferta pública posterior en la Bolsa de Nueva York (New York Stock Exchange-NYSE) en 1991.
*La privatización de los bancos entre 1991 y 1992.

El proceso de globalización se fortaleció con la implantación del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1994, y el ingreso a la OCDE en el mismo año.



El cambio de GATT a OMC


Fue de beneficio y en qué.  El 1º de enero de 1995, la OMC sustituyó al GATT, que llevaba en funcionamiento desde 1947, como organización encargada de supervisar el sistema multilateral de comercio. Los 75 países miembros de la GATT  y la comunidad Europa se convirtieron a los miembros fundadores de OMC y los 52 miembros de GATT ingresaran en le OMC durante los 2 años posteriores. Existen 157 miembros al 24 de agosto de 2012.
La organización mundial del comercio (OMC) es la única organización internacional que se ocupa de las normas que rigen el comercio entre los países. Los pilares sobre los que descansa son los acuerdos de la OMC, que han sido negociados y firmados por la gran mayoría de los países que participan en el comercio mundial y ratificados por sus respectivos parlamentos. El objetivo es ayudar a los productores de bienes y servicios, los exportadores y los importadores a llevar adelante sus actividades.



Neoliberalismo y Globalización


El neoliberalismo exige libertas absoluta para sus actividades; no hay que poner ningún tipo de barrera social o medioambiental; ninguna barrera de equidad de género, ninguna regla o impedimento democrático, que ponga freno a la “mano invisible” del mercado.
Se refiere a una determinada combinación de procesos económicos, sociales, políticos, ideológicos y culturales que puede ser entendida como una nueva etapa de acelerada extensión e intensificación de las relaciones sociales capitalistas.
La globalización es, por lo tanto, selectiva y abarca las esferas en que predominan los intereses de los países más avanzados y está enmarcada por un sistema de reglas establecido por los centros de poder mundial.
La globalización es en realidad, la expansión de las empresas capitalistas y la intensificación del poder económico.
Los países desarrollados protegen sus mercados de productos que consideran vulnerables, como los agrícolas, los textiles y el acero. Se puede mencionar también, severas restricciones a las migraciones internacionales de personas. La globalización es, por lo tanto, selectiva y abarca las esferas en que predominan los intereses de los países más avanzados y está enmarcada por un sistema de reglas establecido por los centros de poder mundial.
-La globalización, ventajas y desventajas
En general, el comercio internacional es positivo para el progreso económico de todos y para los objetivos sociales de eliminación de la pobreza y la marginación social. Sin embargo la liberación comercial, aunque beneficiosa para el conjunto del país afectado, provoca crisis en algunos sectores que requiere la intervención del estado. En cualquier caso, aunque el proceso global facilite la consecución a largo plazo de objetivos sociales, la especial gravedad de algunos problemas requiere una actuación decidida, sin tardanzas. Algunas desventajas de la globalización son:
Desigualdad social
Destrucción ambiental
Los problemas ecológicos y ambientales
La globalización resulta, pues de la coexistencia de factores económicos y de marcos regulatorios que reflejan el sistema de poder prevaleciente en las relaciones internacionales.
-consecuencias del proceso de globalización en México
México desde los años cuarenta hasta principios de la década de los ochenta, baso su política económica en el modelo de sustitución de importaciones. La crisis que afectó a la economía mexicana en 1982, significo un parte aguas en la política económica del país. A partir de este año el estado redefine su participación en la economía mediante la transformación de una e4conomia sumamente regulada y protegida a una abierta y orientada hacia el mercado exterior, con lo cual se terminan poco más de cuarenta años de proteccionismo, dando inicio al modelo neoliberal, que tiene como premisas fundamentales el proceso acelerado de la apertura comercial, la industrialización orientada hacia las exportaciones, la liberación del comercio, de la inversiones , del sector financiero y del mercado laboral.
Con este modelo económico el estado tiende a reducir su participación en la economía, mediante la reducción del gasto público.
Otro factor importante, es la venta de empresas paraestatales, lo que le permite al estado contar con una mayor cantidad de recursos.




Bibliografías.
http://www.eumed.net/tesis-doctorales/2013/mlsl/neoliberalismo-mexico.html

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